
El compost es un producto natural que resulta de la descomposición de residuos orgánicos, como restos de alimentos, hojas, ramas, césped y estiércol, entre otros. Este proceso de descomposición es llevado a cabo por microorganismos, como bacterias y hongos, y es una forma excelente de reciclar y aprovechar los desechos orgánicos. El compost es también conocido como "oro negro" debido a sus múltiples beneficios para la agricultura y el medio ambiente.
Beneficios del compost
El compost presenta varios beneficios, entre los que destacan:
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Mejora la calidad del suelo: El compost enriquece el suelo con nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas y mejora su estructura, lo que facilita la retención de agua y la aireación.
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Reduce la erosión: Al mejorar la estructura del suelo, el compost ayuda a prevenir la erosión y la compactación del terreno.
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Promueve la biodiversidad: El compost alberga una gran cantidad de microorganismos que son beneficiosos para el suelo y las plantas, lo que ayuda a mantener un ecosistema equilibrado y saludable.
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Reduce la necesidad de fertilizantes químicos: El compost es una fuente natural de nutrientes para las plantas, lo que disminuye la dependencia de fertilizantes químicos y contribuye a una agricultura más sostenible.
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Disminuye la cantidad de residuos orgánicos en los vertederos: Al compostar los residuos orgánicos, se reduce la cantidad de desechos que terminan en los vertederos, lo que ayuda a minimizar la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación del suelo y el agua.
Cómo hacer compost en casa: residuos orgánicos que puedes usar
Para hacer compost en casa, es importante conocer los diferentes tipos de residuos orgánicos que puedes utilizar y cómo influyen en el proceso de compostaje. A continuación, se presentan cinco categorías de residuos según su velocidad de descomposición y las recomendaciones para su uso:
Residuos de descomposición rápida
Estos residuos son ricos en nitrógeno y se descomponen rápidamente, lo que acelera el proceso de compostaje. Incluyen restos de frutas y verduras, estiércol de animales herbívoros, restos de café y té, entre otros.
Residuos de descomposición lenta
Los residuos de descomposición lenta en compost son materiales que tardan más tiempo en descomponerse y convertirse en humus. Estos materiales suelen ser ricos en lignina y celulosa, lo que dificulta la descomposición por parte de los microorganismos y otros descomponedores. A continuación, se enumeran algunos ejemplos de residuos de descomposición lenta:
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Ramas y trozos de madera: La madera contiene altos niveles de lignina, lo que hace que su descomposición sea más lenta en comparación con otros materiales orgánicos.
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Hojas de árboles de hoja perenne: Las hojas de árboles como pinos, encinas o eucaliptos también tienen altos niveles de lignina y tardan más tiempo en descomponerse.
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Cáscaras de nueces y huesos de frutas: Estos materiales son duros y resistentes, lo que retrasa su descomposición.
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Aserrín y virutas de madera: Aunque estos materiales son más pequeños y tienen más superficie expuesta, todavía tardan bastante tiempo en descomponerse debido a su contenido de lignina.
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Paja y heno: Estos materiales, aunque no son tan resistentes como la madera, contienen celulosa y lignina que dificultan su descomposición.
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Tejidos naturales resistentes: Algunos tejidos, como el algodón o el lino, pueden tardar más tiempo en descomponerse debido a su resistencia y estructura fibrosa.
Residuos de descomposición muy lenta
Algunos residuos de cocina y jardín tienen un tiempo de descomposición mucho más lento que otros. Estos incluyen:
- Cáscaras de huevo: son ricas en calcio y otros minerales, pero su descomposición es lenta. Puedes triturarlas para acelerar el proceso.
- Cáscaras de cítricos: como limones y naranjas, son ricas en nutrientes, pero también tardan en descomponerse. Corta las cáscaras en pedazos pequeños para acelerar la descomposición.
- Restos de madera: como ramas o astillas de madera, pueden tardar años en descomponerse. Es mejor triturarlos o usarlos en otra parte del jardín.
Residuos que deben utilizarse poco
Algunos residuos no son perjudiciales para el compost, pero deben utilizarse con moderación para mantener un equilibrio saludable en la pila. Estos incluyen:
- Cebollas y ajos: su sabor y olor intensos pueden ser tóxicos para algunos microorganismos benéficos en el compost. Usarlos en pequeñas cantidades y mezclar bien con otros materiales.
- Restos de pescado y mariscos: son ricos en nutrientes, pero su descomposición puede generar olores desagradables y atraer plagas. Si decides incluirlos, entiérralos en el centro de la pila.
- Alimentos salados y grasosos: en exceso, estos alimentos pueden dificultar la descomposición y atraer animales no deseados. Úsalos con moderación y combínalos con otros materiales.
Residuos que NO debes utilizar
Evita añadir los siguientes residuos a tu compost:
- Carnes, lácteos y huesos: su descomposición puede generar olores fuertes y atraer plagas. Además, pueden contener bacterias patógenas.
- Plantas enfermas o con plagas: pueden propagar enfermedades y plagas en el compost y, posteriormente, en tu jardín.
- Excrementos de animales domésticos: pueden contener parásitos y bacterias dañinas para el suelo y las plantas.
Cómo hacer compost casero paso a paso
El compostaje es un proceso en el que los materiales orgánicos se descomponen en un producto rico en nutrientes llamado compost. Este compost puede ser utilizado como abono natural para nuestras plantas y jardines, contribuyendo a un medio ambiente más sostenible. Hacer compost casero es un proceso sencillo y económico que te permitirá aprovechar tus residuos orgánicos y reducir tu huella de carbono. En este artículo te enseñamos cómo hacer compost casero paso a paso.
Material para hacer compost en casa
Antes de empezar, es importante saber qué materiales puedes utilizar para crear compost. A continuación, te presentamos una lista de materiales orgánicos que puedes incluir en tu pila de compostaje.
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Residuos de cocina: Incluye restos de frutas, verduras, cáscaras de huevo, posos de café y filtros de papel, bolsitas de té, pan y granos.
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Residuos de jardín: Hojas, ramas pequeñas, hierba cortada, flores marchitas, plantas y malezas sin semillas.
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Restos de papel y cartón: Papel de periódico, cartón de huevos, cajas de cereales y papel de cocina.
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Estiércol: De animales herbívoros como vacas, caballos, conejos, gallinas y ovejas.
Evita incluir en el compost: carnes, lácteos, grasas, aceites, restos de comida cocinada, huesos, material sintético, plantas enfermas o con plagas y excrementos de animales carnívoros.
Pasos para hacer compost casero
Sigue estos sencillos pasos para hacer compost en casa:
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Elegir un contenedor: Puedes utilizar un contenedor de compostaje comercial o construir uno tú mismo con madera, alambre o palets. El contenedor debe tener una capacidad mínima de 1 metro cúbico y permitir la circulación de aire y el drenaje de líquidos.
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Ubicar el contenedor: Colócalo en un lugar accesible y protegido de la lluvia, pero donde reciba algo de sol. Asegúrate de que esté sobre el suelo natural, ya que esto facilitará el ingreso de microorganismos y el drenaje del exceso de agua.
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Añadir materiales: Empieza por poner una capa de ramas y hojas secas en el fondo del contenedor para facilitar la aireación. Luego, ve añadiendo los materiales orgánicos en capas alternas, intercalando los restos verdes (ricos en nitrógeno) con los restos marrones (ricos en carbono). Por ejemplo, una capa de restos de cocina seguida de una capa de hojas secas o cartón.
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Mantener la humedad: La humedad es esencial para el proceso de descomposición. Rocía agua sobre el compost si está demasiado seco, pero evita encharcarlo. La consistencia debe ser similar a la de una esponja húmeda.
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Airear la pila: El compost requiere oxígeno para que los microorganismos puedan descomponer los materiales orgánicos. Remueve la pila con una horquilla o una pala cada dos semanas para garantizar una buena circulación de aire.
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Controlar la temperatura: La descomposición genera calor, y una pila de compost bien mantenida puede alcanzar temperaturas entre 50 y 65 grados Celsius. La temperatura puede ser monitoreada con un termómetro de compost. Si la pila no se calienta lo suficiente, puede ser necesario añadir más materiales verdes y mezclar la pila para aumentar la actividad microbiana.
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Paciencia: El proceso de compostaje puede tardar de 2 a 6 meses o más, dependiendo de factores como la temperatura, la humedad, y la frecuencia con la que se voltea la pila. Sabrás que el compost está listo cuando tenga una textura desmenuzable y un olor a tierra.
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Uso del compost: Cuando el compost esté listo, puedes usarlo como abono orgánico en tus plantas y jardín. El compost mejora la estructura del suelo, retiene la humedad, y proporciona nutrientes esenciales a las plantas.
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